De julio a agosto estuve en diversas ciudades de Estados Unidos con el Programa de Liderazgo para Visitantes Internacionales (IVLP, por sus siglas en inglés), el principal programa de intercambio profesional de la Oficina de Asuntos Educativos y Culturales del Departamento de Estado de EE. UU. Fue un intercambio con 32 organizaciones de la sociedad civil e instituciones gubernamentales estadounidenses con el objetivo de mejorar la vida de las juventudes.  

Disfruté esta aventura junto a Grecia, Ale, Juan Pablo, Yara, Vinka, Charlie y Óscar. Nuestro viaje incluyó reuniones con familias, visitas a museos, monumentos, el camino de las estrellas de Hollywood y Universal Studios, la mejor comida vegetariana y la más divertida compañía feminista y queer, entre muchas otras joyas. Pero yo resumiría estas tres semanas en una palabra: emancipación. Ahora les cuento por qué. 

Lo más emotivo. Desde el monumento de Martin Luther King, Jr., pasando por el de Abraham Lincoln hasta conocer a personas con una fortaleza interior insuperable como Van Huynh, de Homeboy Industriesquien recuperó su libertad, tras ser condenado a dos cadenas perpetuas, gracias a una reciente ley de justicia restaurativa en California que está liberando a jóvenes encarcelados por crímenes menores. Todos son recordatorios de cómo la emancipación es un paso indispensable para la paz y como fue, es y sigue siendo un trabajo en proceso.

Me recordaron cómo las y los afrodescendientes tuvieron la valentía de reclamar sus derechos a través de movimientos sociales, de quemar muros simbólicos y reales en busca de su libertad. Abraham Lincoln reaccionóes decir, no fue que amaneció un día con el sueño de la emancipación, este sueño no era suyo pero optó por escucharles y la proclamación se escribió. 

Las condiciones deshumanizantes que crean relaciones de poder y que convierten a las y los jóvenes en objetos bajo la propiedad o tutelaje de otros seres humanos, les tienen marchando para un mejor control de armasLas tienen incendiando anuncios comerciales que sugieren que calladitas se ven más bonitas. Las tienen marchando cada 8 de marzo porque ya no quieren ver desaparecer a más mujeres por feminicidios. Así como dijo Joseline Velásquez Morales, activista joven guatemalteca: “Las jóvenes estamos liderando la justicia social en Latinoamérica”[1]Se viene la emancipación de las y los jóvenes y el mundo necesita escucharles.  

Lo más importante. Adoptar un enfoque hacia el SÍ. Gracias Roy Mass Youth Alternatives por el recordatorio. Este centro seguro en San Antonio, Texas, se creó para recibir a sobrevivientes de tráfico sexual, así como jóvenes, niñas y niños que han huido de sus hogares o no tienen en dónde dormirAhí no hay criterio de admisión, la filosofía es aceptar a quien lo necesite sin importar si tienen residencia legal en el país.  

Lo más inspirador. Los esfuerzos del Open Society Institute en Baltimore para transformar el sistema punitivo de las escuelas de barrios latinos y afros para instaurar prácticas restaurativas para la resolución de conflictos y así reducir el número de arrestos de jóvenes de origen latino y afro en escuelas públicasEn esta misma reunión aprendí que a través de la Holistic Life Foundation hombres jóvenes exploran sus emociones y nuevas masculinidades con mindfulness y yoga. También me inspiraron las y los policías en Los Ángeles, quienes se quitan el uniforme para fortalecer las relaciones con las y los jóvenes de las comunidades que cuidan.

Cosas a replicar. Iniciar cualquier reunión o actividad con una meditación, preguntar los nombres y pronombres preferidos de las personas con quienes se trabajainstaurar baños neutrales en cuanto al género, fortalecer los sistemas de cuidados que fortalecen a las familias, tener salarios dignos para jóvenes, y una inspiradora cultura de paying it forward (cadena de favores) que empapa a todas las organizaciones que visité en Estados Unidos.

Jóvenes organizados. En 2017, cientos de estudiantes y profesores de la Universidad de Texas en San Antonio (UTSA), hicieron una solicitud para que la universidad instaurara acciones de apoyo a los dreamers (las y los estudiantes indocumentados). Así surgió el Dreamers Resource Center, el cual brinda asesoría y acompañamiento legal a los más de 350 dreamers de la UTSA. ¡Hay más de un millón sólo en Texas! Así como eliminar el estigma a las y los dreamers y difundir material fácil de compartir con los derechos que tienen a no revelar su estatus migratorio e incluso a no hablar con los agentes migratorios.

¿Por qué la emancipación debe ser prioridad? Cuando las personas tienen la libertad de decidir qué hacer con su tiempo y sus cuerpos, y tienen las oportunidades para acceder y decidir sus prioridades, hay paz. 

Lo mejor del viaje fue al final cuando Grecia Andrade, cómplice de viaje, declaró “Voy a salir del clóset: soy feminista”.

Mi deseo es que más personas tengan la valentía de escuchar a sus corazones y salgan del clóset, no sólo como LGBTIQ+, también como defensoras de derechos humanos, ambientalistas y, así como Grecia, como feministas.

 

Lariza Romero Fonseca

Oficial de programa, Fondo para Jóvenes de Centroamérica y México


[1] Cita en: La rebelión de lo cotidiano. Mujeres generosas que cambian América Latina, Florencia Roitstein; Andrés Thompson – 1a ed. Colonia, Uruguay. Ellas Mujeres y Filantropía, 2019