A principios de noviembre representé a la Fundación Internacional de Seattle en la primera Cumbre Mundial de Madres de Migrantes Desaparecidos en la Ciudad de México.

Cada año, una Caravana de Madres * de migrantes desaparecidos viaja desde Centroamérica hacia México y atraviesa las rutas migratorias en busca de sus hijos y familiares que desaparecieron para llegar a los Estados Unidos. Por primera vez, madres de otros continentes se unieron a miembros de esta caravana de madres en una cumbre histórica para compartir historias, construir lazos y trabajar en colaboración para esclarecer los esfuerzos de las familias que buscan a sus familiares desaparecidos.

La activista de larga data Marta Sánchez ha estado organizando la Caravana de Madres desde 2005, la cual ha recuperado a más de 250 familiares desaparecidos, muchos de ellos fallecidos. Durante su búsqueda anual, la caravana también crea conciencia sobre los riesgos y peligros que enfrentan los migrantes en su viaje hacia el norte. En 2006, Sánchez fundó el Movimiento Migrante Mesoamericano (MMM), una ONG mexicana que acompaña a la caravana cada año y es la organizadora de la Cumbre.

La Cumbre Mundial de Madres de Migrantes Desaparecidos formó parte del octavo Foro Social Mundial de las Migraciones (FSMM) que se realiza anualmente, un espacio de reunión para discutir los desafíos mundiales en materia de migración y hacer visibles las luchas que experimentan diversas poblaciones. El Foro se centró en siete áreas temáticas, abarcó 105 actividades y atrajo a más de mil participantes de 66 países.

El contexto

El momento y la ubicación de la cumbre fueron impecables: ocurrió el fin de semana en que cientos de miembros de la Caravana Migrante llegaron a la Ciudad de México. Las autoridades mexicanas esperaban entre 5,000 y 6,000 migrantes y establecieron un campamento en un estadio deportivo cerca del aeropuerto para albergar a los viajeros. Varias organizaciones brindaron albergue, alimentos y asistencia legal.

La Caravana Migrante ocurre cada año, pero la de este año es la más grande hasta la fecha, un síntoma de la dura realidad que se vive en la región. Nacida a mediados de octubre en Honduras, la caravana comenzó con un grupo de 160 personas que creció cada día.

Donald Trump, presidente de Estados Unidos, usó la caravana para impulsar una agenda antiinmigrante que precedió a las elecciones intermedias. Calificó a la caravana de “invasión” y envió miles de tropas a la frontera entre Estados Unidos y México. El 9 de noviembre, Trump firmó una proclamación presidencial que prohibía a los migrantes que ingresan ilegalmente a los Estados Unidos buscar asilo.

En diciembre de 2017, la administración de Trump retiró al país del pacto mundial de las Naciones Unidas sobre Migración con el argumento de que es incompatible con la soberanía estadounidense y con las políticas de inmigración y de refugiados.

El Pacto Mundial sobre Migración (también conocido como el Pacto Mundial para la Migración Segura, Ordenada y Regular) es un acuerdo negociado por 192 países para preservar los derechos humanos básicos de todos los migrantes. El acuerdo finalizó en julio de 2018 sin la participación de Estados Unidos. El mensaje de FSMM fue que el pacto sigue siendo inadecuado y no impulsa las acciones necesarias para abordar de manera significativa la crisis migratoria y la deshumanización y los abusos de los derechos humanos que la crisis sostiene.

La Cumbre Mundial de Madres de Migrantes Desaparecidos

“Unir el dolor y el amor que las madres comparten. Es lo único que nos mantiene en pie”.

– Una madre

La cumbre tuvo la intención de contextualizar el desplazamiento forzado y la migración al discutir específicamente sobre los migrantes desaparecidos y los obstáculos que enfrentan quienes los buscan, como políticas o protocolos gubernamentales deficientes.

El evento también se centró en las causas de la migración forzada y el desplazamiento, como la guerra contra las drogas, los megaproyectos, la violencia desenfrenada, la corrupción y el crimen institucionalizado.

Delegaciones de madres de 13 países (México, Guatemala, El Salvador, Nicaragua, Honduras, España, Italia, Argelia, Túnez, Senegal, Marruecos, Mauritania y Estados Unidos) condujeron el evento de tres días (del 2 al 4 de noviembre), y otros participantes asumieron el papel de observadores. Cada delegación representó a asociaciones, comités y colectivos dedicados a buscar familiares desaparecidos.

“¡Hijo, escucha! ¡Tu madre está en la lucha!”.

–Canto de la caravana.

Marta Sánchez guió el evento que comenzó con presentaciones y luego las delegaciones se dividieron en grupos de trabajo para intercambiar experiencias y articular una lista de acciones concretas para avanzar en su trabajo. El último día de la cumbre las delegaciones regionales se reunieron para resumir las conclusiones de cada grupo de trabajo y pidieron la consolidación y el fortalecimiento de los esfuerzos mundiales para localizar a los migrantes desaparecidos y personas desaparecidas por la fuerza. Además propusieron la creación de una plataforma en línea para coordinar estos esfuerzos.

“Vivos se los llevaron, vivos los queremos”

–Canto de la caravana.

Para finalizar la cumbre las delegaciones redactaron un manifiesto que pide a la comunidad internacional y a sus respectivos gobiernos que presten atención a su difícil situación y prevengan más desapariciones.

“Migrar es un derecho. No migrar también lo es”

–Manifiesto de Madres del Mundo

En el manifiesto redactado, las madres y sus aliados expresan solidaridad entre sí y con los desparecidos y sus familias. El manifiesto se dirige al Gobierno, a la comunidad internacional y a la sociedad civil local y demanda cooperación. Específicamente, el manifiesto exige:

  •   Una alto a la separación de familias porque es una práctica inhumana y degradante.
  •   Que los Estados asuman su responsabilidad de respetar la ley y garantizar los derechos humanos. Sus territorios se han convertido en grandes tumbas y las madres se oponen a la normalización de esta violencia.
  •   Que se garantice a los migrantes un pasaje sin restricciones, en condiciones de seguridad, y a las madres, los familiares y sus aliados que están buscando familiares desaparecidos en los territorios donde pueden encontrarlos;
  •   Derecho a la verdad y al establecimiento de los hechos.

“Nada puede detener a una madre que busca un hijo o una hija”.

–Una madre en la cumbre

¿Que sigue?

Al dejar la cumbre me sentía inspirada y vigorizada por las conversaciones y el trabajo realizado en el evento y abrumada por el largo camino que debemos recorrer. La migración no terminará mientras haya conflictos, violaciones de derechos humanos y hambre. Presenciamos los niveles más altos de desplazamiento registrados, con 65.6 millones de personas obligadas a abandonar el hogar por conflictos y persecución a finales de 2016.

Las respuestas de los gobiernos han sido inadecuadas, pero me siento alentada al ver que la sociedad civil interviene para llenar el vacío y brindar apoyo a algunos de los más vulnerables y me entristece profundamente el hecho de que haya madres en todo el mundo que buscan a sus hijos desaparecidos y que piden ayuda a su gobierno y encuentran indiferencia. Estas mujeres han tomado el asunto en sus propias manos. Se han organizado y hacen ruido. La pregunta es: ¿Cuándo las escuchará el Gobierno?

Mientras tanto, lo que todos podemos hacer es trabajar para responsabilizar a nuestros gobiernos mientras apoyamos los esfuerzos de las organizaciones de la sociedad civil como el Movimiento Migrante Mesoamericano y los espacios importantes para el aprendizaje y el diálogo, como la cumbre.

*La caravana de madres también incluye hermanas, esposas y, ocasionalmente, padres y hermanos que buscan a sus hermanos y esposas desaparecidos.

Olga Vnodchenko
Oficial de programas de SIF