Este año hemos reflexionado sobre cuál es para nosotres el elemento central para conmemorar el Día Internacional de las Juventudes y hemos llegado al consenso de que es imprescindible reconocer y visibilizar la importancia del trabajo que llevan a cabo las juventudes para los cambios y transformaciones de nuestras realidades y para el cumplimiento de los derechos humanos.

Poner el reconocimiento en el centro de este día significa visibilizar el trabajo de las personas jóvenes frente a contextos diversos y complejos en una región como Centroamérica y México que está en constante cambio. Tras la larga etapa de la pandemia, los escenarios nacionales no son alentadores. En la región se han profundizado las crisis económicas, lo cual ha aumentado los niveles de desigualdad, violencia y pobreza. 

Las caravanas de migrantes hacia Estados Unidos continúan. Los Gobiernos de El Salvador y Honduras han puesto en marcha severas medidas como los estados de excepción y otras acciones punitivas. Guatemala vive una crisis electoral que pone en evidencia el autoritarismo, la corrupción y el racismo de sus autoridades. En Nicaragua, el régimen continúa con la persecución y revocación de registros jurídicos a organizaciones de la sociedad civil. México está entrando en un periodo electoral polarizado que no está atendiendo los problemas y necesidades del país. Y en Costa Rica, la libertad de expresión y la institucionalidad se han visto amenazadas por el ascenso de prácticas de poder con tinte autoritario.

A pesar de todo esto, no deja de maravillarnos la resiliencia de las juventudes y su capacidad de generar esperanza aun en los escenarios más improbables, violentos y hostiles. Reconocer el trabajo de las juventudes contribuye a humanizar las luchas, las cuales son dirigidas y en favor de las personas, ayuda a ver más allá de las dificultades y a encontrar nuevos caminos.

Reconocer implica valorar a las juventudes por lo que son hoy, teniendo en cuenta la memoria histórica y las alternativas para el futuro. Es poner en marcha acciones que se relacionen con las juventudes como sujetos políticos y de derecho. La apuesta por las juventudes considera el valor tanto de los procesos de las estrategias como de sus resultados, pone las voces y necesidades de las personas jóvenes en el centro y busca su participación no solo en el desarrollo económico, sino en los cambios sociales, culturales, emocionales y comunitarios en los cuales hay muchas maneras de ser joven. 

Ante esta diversidad de alternativas y experiencias, desde el Fondo para Jóvenes de Centroamérica y México de la Fundación Internacional de Seattle valoramos el conocimiento que emerge de la diversidad de contextos y experiencias en los cuales están germinando las grandes transformaciones necesarias en la región. Asimismo, buscamos apoyar a las juventudes desde valores y principios no adultocentristas y apostamos para que el financiamiento a los movimientos sociales juveniles sea flexible y con un acompañamiento que se ajuste a las necesidades y demandas de sus realidades y que integren la confianza, la autonomía y el cuidado colectivo.

En el marco del día y el mes de las juventudes, conversamos con algunas de nuestras organizaciones socias de Centroamérica y México sobre la importancia de su trabajo para crear presentes en los que las juventudes vivan con dignidad y autonomía. Nazareth Cruz, voluntaria de GoJoven Honduras, compartió que su organización tiene el objetivo de generar espacios en los que las juventudes se sientan seguras y que “nuestra contribución es aportar nuevos conocimientos para generar conciencia y que las, los y les jóvenes se reconozcan como personas libres, autónomas y capaces de tomar sus propias decisiones”.

Otras respuestas de nuestras socias fueron incluidas en la campaña que mantendremos las primeras dos semanas de agosto en nuestras redes sociales. Estos son algunos de los testimonios que incluye: 

Colectiva Akelarre, El Salvador: “Ante los riesgos a los que están expuestas las poblaciones jóvenes y la desigualdad de género en la realidad salvadoreña, es fundamental generar espacios de aprendizaje, participación y promoción de derechos. Buscamos que las juventudes tengan voz propia para asumir un rol protagónico que promueva y potencie la autonomía de las niñas, adolescentes y mujeres jóvenes”.

Akoben Colectiva Afrofeminista, Costa Rica: “Nuestra mayor contribución a la transformación social es ser visibles ante una sociedad qué nos niega y excluye de todos los ámbitos de la vida, por eso desde acciones concretas y con un posicionamiento político claro como anti racistas, anticapitalistas y anti patriarcales intentamos denunciar y generar cambios estructurales para nosotras y las nuevas generaciones afrodescendientes y negras”.

Agradecemos a las personas jóvenes que nos compartieron su trabajo a través de sus diferentes experiencias y a nuestra querida colega Diana Campos, quien brindó apoyo para redactar este blog con respeto y coherencia.